Helisut Cordova
Cuando parecía que México entraba a la lista de países de primer mundo en materia de transparencia, esta posibilidad cada día dista más de la realidad y la prueba de que esto sucede, impera con el oscurantismo que reina en nuestras instituciones, ante los penosos esfuerzos de nuestros gobiernos por demostrar lo contrario.
La opacidad de nuestros sistemas de transparencia hacen evidente esta situación, que inicia desde la misma designación de los comisionados que tienen que velar por la transparencia de nuestras autoridades y sus procesos a nivel nacional como en sus capítulos locales.
A nivel nacional el ejemplo esta en el actual Secretario de Educación Publica, Alonso Lujambio, quien hasta antes de su actual cargo, fingió como Comisionado Presidente del IFAI, una designación en la cual todo el tiempo se acuso, que el presidente de la República Felipe Calderón estuvo detrás de la misma y el tiempo se encargo de confirmarlo, Lujambio es ahora flamante secretario de gabinete del gobierno federal.
Pero a niveles locales los casos son más penosos, en el Estado de Puebla el Comisionado presidente de la Comisión de acceso de información (CAIP) Antonio Juárez Acevedo, mintió a los diputados de la LV Legislatura del congreso poblano, para postularse como candidato a dicha Comisión, puesto que desde 1999 fingía como secretario general de la agrupación política nacional Plataforma Cuatro, hecho que violó de manera flagrante los artículos 27 y 28 de la Ley de Acceso a la Información, que prohibe a los comisionados tener un cargo como dirigente partidista, así como el 50 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Sin embargo y pesar de que se contaban con las actas pruebas de la ilegalidad, el congreso de la entidad ignoró el hecho y se permitió que la persona que tenía que ser garante de la transparencia en Puebla, fuera un funcionario que recurrió a la mentira para obtener el cargo.
Ante tale hechos y después de la presión de varios sectores sociales solicitando su destitucion, el comisionado implicado recurrió a ampararse ante la justicia, aunque esto suene paradójico e irreverente -a pesar de mentir, recurrio a la ley para tratar de avalar una ilegalidad-, pero este fin de semana un Tribunal Colegiado le negó dicho beneficio, por lo que Antonio Juárez Acevedo tendrá que dejar el cargo.
Pero el daño está hecho, una institución que tenía que ser transparente, seria y legal, fue convertida en sinónimo de oscurantismo, de arreglos amañados y compadrazgos. Quien tenía que velar por los intereses de la sociedad, velo por intereses personales recurriendó a la falsedad para ello.
Los Grupos del poder quisieron vendernos una nueva forma de transparencia, donde se oculta la verdad, con una delgada línea, que es la mentira.
Las autoridades han recurrido a ponernos instituciones de transparencia para ocultar la verdad, deciendonos que si y que no tenemos permitido saber, sin embargo devemos reconocer que esto ya es un avance, pues nos han curado un poco la ceguera, ahora nos toca a nosotros poner el verdadero remedio, hacer que se cumpla la ley.
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