Helisut Córdova J.
Sin duda la liquidación de Luz y Fuerza del centro es una medida asertiva por parte de la administración de Felipe Calderón y fortalece su gobierno.
Este país debe de tomar una ruta distinta si se quiere llegar al camino del desarrollo, no podemos darle privilegios desmedidos a líderes, políticos o paraestatales que no funcionan.
Sin embargo, en política como en los negocios, todo tiene un precio y un mensaje, así como ganadores y perdedores.
La desaparición de LFC, sin duda es un claro mensaje del presidente de lo que está dispuesto hacer para rescatar el rumbo de su administración y en parte aligerar las cargas que no dejan crecer al país.
El precio a pagar es evidente, el ataque constante de la izquierda y de sus enemigos políticos, los cuales actuaran por la vía de las marchas y bloqueos, así como la represión a las políticas federales.
Los ganadores de toda esta batalla reestructural, son los del PRI. Es un hecho que los resultados de las medidas tomadas por el gobierno federal, no se verán a corto plazo y sumirán al PAN y PRD así como a toda la izquierda en una lucha desgastante por estas acciones.
La constante lucha entre estas dos corrientes, le harán el trabajo sucio al PRI, le hallarán el camino de regreso a la presidencia de la república, porque lo centrarán como el partido prudente y visionario ante los ya decepcionados electores.
Felipe Calderón no está mal en su visión de los cambios, pero es una pena que estos se realicen tan tarde, el golpe de timón se debió dar por lo menos hace 15 años atrás, pero el miedo del costo político no ha permitido el desarrollo del país.
Por lo pronto la posición del gobierno federal ha sido acertada. Ya era necesario darle esperanza a un pueblo agobiado y hoy ya nos la han vendido.
El miedo de los políticos no es, ni ha sido perder una elección, si no los privilegios que la posición les da.
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